Las ventas, son tan importantes, que no solo debe ser responsabilidad de los vendedores, sino de la persona encargada de este departamento, ¿Cuántos jefes, gerentes, dueños de empresas o emprendedores se dejan llevar por comentarios sobre que el mercado está mal, se encuentra en recesión o la situación está “mala”?

Es responsabilidad de estos actores y toda la empresa, el velar por la situación de las ventas, ya que esta es clave para la empresa en sí, aunque se debe tener siempre presente que los departamentos que componen este “ente vivo”, llamado organización debe trabajar coordinadamente y no pensando por ejemplo: “nuestro departamento de adquisiciones está trabajando bien, pero, atención al cliente no realizan una buena función y eso no nos debe preocupar”. Esto es un craso error, ya que todos los departamentos componen en sí, a este “ente vivo”, y si uno de ellos falla, es como si a uno le doliese el tobillo, todo nuestro cuerpo se vería afectado o resentido en su vida diaria.

Las ventas son el punto más importante de toda esta maquinaria, ya que ella son las que mantienen este engranaje subsistiendo en esta gran selva llamada mercado, donde todo el entorno nos afecta, por eso, los encargados de este departamento, deben empezar a trabajar de verdad y salir a ver que está ocurriendo “afuera” de la empresa, visitar los clientes y verificar “in situ”, lo que está ocurriendo para empezar a planificar la estrategia a desarrollar y prepararse para los cambios que están ocurriendo en el entorno de la organización. La motivación y la capacitación son claves en esto, se ha preguntado alguna vez por ejemplo que ¿pasa con nuestros clientes?, ¿Cuáles son sus necesidades?, ¿le sirvió nuestro producto o servicio?, ¿cómo fue la atención de nuestro equipo de ventas?, ¿necesita algo adicional o algo que no tengamos?, ¿los productos o artículos llegaron en la fecha acordada?, ¿se le entregó un servicio postventa rápido, claro y adecuado al cliente?, etc. Y a la vez, preguntarnos nosotros mismos como una retroalimentación, ¿nuestros vendedores tienen los implementos necesarios para desarrollar su labor al 100%?, ¿están motivados al salir a terreno?, ¿se sienten identificados con nuestra organización?, ¿se sienten bien como personas y se sienten valorados?, ¿notan que el encargado de ventas, jefe de departamento, los respalda en cualquier situación?, ¿Cuándo solicitan un requerimiento, las respuesta de la empresa es rápida y adecuada?, etc.

Debemos ser rápidos en un mercado cambiante y estar atentos a lo que nuestro cliente necesita, ya que perder un cliente o que se cambie a la competencia es fácil, pero, conseguir uno ya es un trabajo a veces titánico, y no debemos ser conformistas con lo que ya tenemos y logramos, ya que si nos estancamos o detenemos en el camino, nos puede pasar lo que le ocurrió al conejo en su carrera contra la tortuga, por eso, no debemos dormir en los laureles ya conseguidos.

Recordemos que el éxito depende de lo que realicemos ahora y no después.